Gestionar y aprovechar bien el tiempo
APROVECHA TU TIEMPO
Cuantas veces nos levantamos pensando en lo que tenemos que hacer hoy y sobretodo si vamos a llegar a lograr todos los objetivos que nos proponemos en el día, además si añadimos que tenemos niños o personas a nuestro cargo eso nos carga a un superplus.
Una de las cosas mas estresantes es ir a contra-reloj y pensar si llegaremos o no al final del día, obviamente vivimos en un mundo donde los horarios nos someten a un sinfín de emociones, si sale bien genial pero si sale mal…..
Gestionar y aprovechar bien nuestro tiempo nos hará cambiar nuestra manera de enfocar el día, nuestra actitud hacia el tiempo será mucho mas relajada al no someternos a ese estrés continuo.
Tomar conciencia de nuestro presente y hasta dónde queremos llegar hoy, incluso podremos delegar trabajos a otras personas nos hará crear un nuevo paradigma de nuestro tiempo.
Planifica tu tiempo
La mayoría de las personas prestamos muy poca atención a los objetivos. Casi siempre vamos haciendo las cosas según van surgiendo y también a las presiones de las personas que están a nuestro lado, ya sea laboral, familia, amigos.
Definir nuestros Objetivos:
Es muy importante para controlar nuestro propio tiempo, la planificación nos ayudará a disminuir las incertidumbres que se nos pueden presentar en el futuro. Por ello planificar nos dará también mucha mas flexibilidad en el día.
Podemos usar esta plantilla para planificar nuestros objetivos:
¿Qué queremos lograr hoy (objetivos-actividades)?.
¿Qué acciones tomaremos?.
¿Quién…o quienes?.
Cuando comienza…y cuando termina. Poner una fecha de inicio y finalización. (no hace falta que todo tenga que acabarse HOY).
¿De qué medios dispongo para llegar?.
¿Para qué se necesita lo que queremos hacer?.
Comprobaremos después de responder a estas preguntas si el objetivo que hemos definido es urgente, o puede esperar. Así podemos hacer con todos los objetivos que querramos hacer en el día.
Consejos útiles:
Si preparamos un programa de trabajo, planificado y organizado, con actividades que hemos elegido antes y no dejando que vayan surgiendo según avance el día, veremos los resultados que es lo que verdaderamente nos importa.
Si tenemos asuntos y temas que estén relacionados y los agrupamos, cortaremos el tiempo que nos lleven los mismos.
Si a cada actividad que hacemos le damos un tiempo concreto y no indefinido, al final veremos que las cosas no tienen porqué hacerse sólo en un día, sino que necesitaremos mas días porque será mejor así. (mas días menos tiempo – mejores resultados).
Dejarnos algún espacio de tiempo para imprevistos.
Para finalizar os dejo un cuento de Jorge Bucay, para pensar y trabajar nuestra conciencia en la gestión del tiempo:
“Existió un hombre cuyo objetivo en la vida era ahorrar un millón de euros, para así poder ser feliz debido a la seguridad que ese dinero le iba a proporcionar. Y a ello se puso. Para ello, además de trabajar y trabajar, debía gastar poco, y por eso dejo de salir con los amigos, ir a cenar, ir al cine, y no gastaba más que en aquello que era imprescindible, con el único objetivo de reunir el millón de euros que tanta seguridad y tan feliz le haría… Poco a poco fue juntando dinero y llego al medio millón de euros, pero eso no era suficiente; tenía que alcanzar la meta que se había propuesto y no pararía hasta conseguirlo.
Pasaba el tiempo y aquel hombre lo único que continuaba haciendo era trabajar y ahorrar la mayor parte del dinero que obtenía. Hasta que un día reunió novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve euros. Sólo le quedaba un euro. Pensó que para ello no le sería necesario trabajar un día más, que en su casa tenía que haber un euro. Se puso a buscarlo, y en el bolsillo de una chaqueta encontró cincuenta céntimos. Ya estaba muy cerca de su gran objetivo. Siguió dando vuelta a la casa y, en el fondo de un cajón, encontró cuatro monedas de diez céntimos. Estaba a punto de conseguirlo. Tras toda la tarde buscando, al final halló los diez céntimos que le faltaban. Por fin podía vivir tranquilo; había conseguido reunir el millón de euros que, a partir de ahora, le permitiría ser feliz.
Cuando se disponía a descansar y empezar a disfrutar de la vida, llamaron a la puerta. Era una figura sin rostro, siniestra. Se trataba de la muerte. El hombre, asustado, intentó negociar con ella. “Te ofrezco cien mil euros si me das un año más de vida”, le dijo, a lo que la muerte respondió “no hay trato”. Preocupado, el hombre mejoró su oferta y le ofreció doscientos mil euros por unos meses más de vida, pero eso siguió sin convencer a la muerte. Llegó a ofrecerle la mitad de lo que tenía ahorrado por disfrutar de un mes más de vida, pero la muerte no aceptó la oferta. Desesperado el hombre hizo su última oferta, un millón de euros por un día más de vida. “No hay trato”, fueron las únicas palabras que escuchó. El hombre se dirigió a la muerte y le dijo “al menos tendré unos minutos para escribir una carta de despedida”. La muerte accedió. Aquel hombre únicamente escribió una nota que decía”: “Querido lector, aprovecha lo más preciado que tienes, el tiempo. Te lo digo yo, que intenté comprar un día más de vida por un millón de euros, y no lo conseguí”.
Sandra Ballestín